El amor, la esencia de la felicidad

El sentirnos amados, nos hace sentir aceptados, y comprendidos, perteneciendo a un lugar. Pero muchas veces pensamos que el amor son aquellos finales de cuentos de hadas, y va mas allá de eso.

Se puede considerar el amor en muchos contextos, que puede cambiar y crecer con el tiempo. Podemos amar a nuestra pareja, familia, amigos, trabajos, etc, por eso hay muchos tipos de amor y es bueno saber cual es el que sientes para alcanzar la felicidad y satisfacción.

El profesor Christopher Peterson, uno de los máximos exponentes en psicología positiva, afirma que esta disciplina se puede describir en una frase: “Los demás son importantes”. Y se basa en la evidencia de que la capacidad de amar y ser amado es muy importante para nuestro bienestar en todas las etapas de la vida, desde la primera infancia hasta la vejez.

El amor también cambia la química de nuestro sistema nervioso. Así, cuando tenemos contacto social, y especialmente cuando se da el contacto físico, segregamos una sustancia, la oxitocina, que promueve la formación de vínculos. Algunos llaman a la oxitocina la “hormona del abrazo”: las mujeres la producen en mayor cantidad durante el parto y la lactancia, y, curiosamente, los niveles de oxitocina de los padres aumentan durante el embarazo de sus parejas y siguen aumentando en la medida en que el hombre pasa más tiempo con su bebé.

Tras investigar cuidadosamente decenas de factores que predicen el bienestar de las personas en la edad adulta y la vejez, Vaillant subraya que, sin lugar a dudas, “las relaciones con los demás importan más que cualquier otra cosa en el mundo”. Por ejemplo, aquellas personas que habían tenido relaciones cálidas y sólidas, tenían probabilidades mayores de tener éxito laboral, buenos ingresos económicos y buena salud.

«La verdadera felicidad de la vida es saber que eres amado por ti mismo o, más exactamente, a pesar de ti mismo.» (Victor Hugo)